La marca / Celler Batea
Nos encantaría poder decir que con este símbolo que representa la identidad de Celler Batea hemos hecho cierta la conocida frase “una imagen vale más que mil palabras” aunque lo que si que podemos asegurar es que ha sido fruto de una profunda reflexión sobre nuestras raíces.
Durante el proceso de análisis una palabra aparecía constantemente definiendo y englobando la esencia de Celler Batea, la dualidad.
Y es que esta característica se manifiesta en nuestra tierra y cultura a través de la Garnacha, variedad de uva que es capaz de producir vinos tintos profundamente oscuros y vinos blancos brillantemente pálidos que hablan de la Terra Alta, origen de la Garnacha Tinta y la Garnacha Blanca.
Dualidad que también es exhibida por el clima mixto con rasgos continentales y mediterráneos bajo el cual crecen nuestros viñedos y vive nuestra gente teniendo la doble responsabilidad de trabajarlos y de decidir que es Celler Batea.
El clima
Nuestro clima es el resultado de la influencia de la tierra y del mar, continental y mediterráneo, con inviernos fríos y veranos secos donde los vientos locales son protagonistas.
El Cierzo, viento seco del norte, sopla en el invierno y la primavera favoreciendo la sanidad de nuestros viñedos y el Garbí, brisa marina que trae frescura y humedad del mar mediterráneo en los días de verano traduciéndose en uvas más equilibradas y con un buen potencial aromático.
si la tierra es pedregosa la viña hermosa se hara
en cuanto al campo arenoso, hace poco vino pero sabroso
La tierra
Suelos de textura media, ricos en elementos arcilloso-calizos, poco fértiles y no demasiado profundos que favorecen el control natural del vigor de la vid.
Esta descripción podría considerarse como la tipología media de nuestro suelo aunque existen sutiles variaciones que aportan distintos ritmos de maduración y matices sensoriales a la uva de nuestro viñedo localizado principalmente sobre terrazas naturales con diferentes orientaciones y altitudes comprendidas entre los 400 y los 600 metros sobre el nivel del mar.
Joan Miró
Los viñedos
En el siglo XI d.c la palabra Garnacha aparecía por primera vez en un manuscrito legal reflejando la importancia que ya tenía esta variedad en nuestra tierra en aquella época. Diez siglos de adaptación, evolución y cultivo han convertido a la Garnacha Tinta y la Garnacha Blanca en el corazón de los viñedos de Celler Batea.
Pero no solo de Garnacha Tinta y Garnacha Blanca están compuestos nuestros viñedos. Variedades tintas como Cariñena, Tempranillo y en los últimos años pequeños porcentajes de Syrah, Cabernet Sauvignony Merlot, así como variedades blancas como Macabeo y Chardonnay son cultivadas complementando y aportando complejidad a nuestros vinos.
El núcleo de nuestros viñedos se extiende a lo largo de 250 hectáreas con rendimientos inferiores a 6.000 kg. por hectárea y en donde conviven viejos viñedos en vaso con emparrados de alta densidad de plantación constituyendo la base de los vinos de Celler Batea.